martes, 1 de noviembre de 2011

CAMBIO CLIMATICO EN EL PERU

CAMBIO CLIMATICO EN EL PERU
                                                                                                                                      Eduardo Diaz
El cambio climático constituye el problema más grave del siglo XXI, no solo porque afecta las reservas de agua y la productividad de los ecosistemas terrestres y acuáticos, sino también porque amenaza la calidad de vida humana, La sostenibilidad de sus actividades económicas y su seguridad alimentaria en el planeta. Según, el informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), se señala que un aumento de 2°C en la temperatura global en los próximos años traerá serias consecuencias sociales, económicas y ambientales, lo que ocasionará mayor pobreza y menor desarrollo.
En el Perú
El Perú es uno de los 10 países con mayor biodiversidad en el mundo. Sin embargo esto lo hace particularmente vulnerable, ya que su alta complejidad y riqueza ecológica le añade un riesgo adicional, debido a su propia sensibilidad ante los cambios repentinos, pues en sus ecosistemas habitan especies y floras que son únicas en el mundo.
En el Perú el cambio climático amenaza, además, el progreso de la lucha contra la pobreza porque son las poblaciones con menos recursos las que sufrirán los efectos en salud, seguridad alimentaria, falta de agua y vulnerabilidad ante desastres por eventos naturales, lo que minará el camino hacia la mejora del desarrollo humano.
En los últimos 35 años, los glaciares del Perú se han reducido en 22%, lo que conduce a su vez a la reducción del 12% del suministro de agua fresca para la costa, donde vive aproximadamente el 60% de la población del país. La pérdida estimada de agua equivale a casi 7.000 millones de metros cúbicos.
Si no se toman desde ahora medidas apropiadas para enfrentar los efectos del cambio climático, los glaciares y las nieves perpetuas de la cordillera de los Andes se derretirán en los próximos 20 años, produciendo un impacto dramático en el suministro de agua, la agricultura, la generación de energía y el bienestar general de los peruanos.
Walter Vergara, especialista en cambio climático del Banco Mundial, mencionó que las principales estimaciones científicas anticipan en el Perú un incremento en los niveles del mar, con consecuencias adversas sobre sus poblaciones costeras. Además, el incremento de la temperatura en la superficie marina modificará sin lugar a dudas las áreas de reproducción de los peces y las reservas.
El cambio climático también tendrá impactos en la agricultura. Así, los efectos del fenómeno del Niño entre 1997 y 1998, estuvieron marcados por un aumento en las temperaturas, provocando a su vez una disminución en el rendimiento de algunos productos agrícolas. La producción de papa experimentó una pérdida del 55,5%; el camote sufrió una disminución del 43%; el algodón perdió 50% y los duraznos, un 97%. Además, el aumento de las precipitaciones condujo a un incremento en la ocurrencia de diversas plagas.
Cada vez resulta más evidente que las emisiones de gases de invernadero generadas por el hombre están afectando el clima del planeta. Durante el último siglo se registraron incrementos en la temperatura global que no son explicables en su totalidad por causas naturales, trayendo consigo cambios que van desde el aumento del nivel del mar hasta alteraciones en el comportamiento de los animales, y se espera un mayor calentamiento y modificaciones aún más importantes en el futuro. La solución al problema y sus consecuencias deben involucrar a todos los países, tomando en cuenta sus diferentes condiciones y capacidades.
Diríamos entonces que el cambio climático es el conjunto de fenómenos que se desprenden del aumento progresivo de la temperatura del planeta. El cambio climático es un hecho comprobado por la evidencia científica. Si bien es difícil predecir con precisión el impacto de la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, hoy sabemos lo suficiente como para reconocer que los riesgos que enfrentamos son potencialmente catastróficos.
El cambio climático ya está comenzando a afectar a algunas de las comunidades más pobres y vulnerables del planeta. Un aumento general de la temperatura de 3 ºC (en contraste con las temperaturas de la era preindustrial durante los próximos decenios se traduciría en serias desregulaciones ambientales.
Este impacto que generará el aumento de las sequías, los fenómenos climáticos extremos, las tormentas tropicales y las crecidas el nivel del mar, podría tener lugar en el transcurso de nuestras vidas.
En el mejor escenario, el mundo tiene menos de una década para evitar que la tierra cruce el umbral de aumento de temperatura de los 2 °C. Las aseveraciones del Informe Stern del 2006 y las urgentes conclusiones del Panel Intergubernamental para Cambio Climático (IPCC), indican que el tiempo apremia, pero también sostienen que las medidas de mitigación y adaptación no tienen un precio exageradamente alto y son viables económica y socialmente.
El aporte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo al Perú para enfrentar el cambio climático no está planteado en forma aislada; más bien se ha trasformado en un tema central de la agenda de desarrollo y del mandato de la organización en todo el mundo. Surge de tres décadas en las que se ha venido promoviendo el desarrollo sostenible, concepto postulado por el Informe Brundtland de 1987 y ratificado por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el cambio climático de 1992.
El concepto de desarrollo sostenible resalta la centralidad de los factores ambientales del buen uso y conservación de los recursos naturales para no hipotecar el futuro de las siguientes generaciones con modelos de crecimiento insostenibles.
En una primera instancia y en virtud de la cooperación con el Estado Peruano, y su posibilidad de trabajar con los tres niveles de gobierno, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo apoya decididamente al Ministerio del Ambiente, en las líneas que esta cartera ha establecido como prioritarias.
Dentro de esta cooperación se encuentran varios programas: el Fortalecimiento de la institucionalidad del Ministerio del Ambiente; la ejecución de la Segunda Comunicación Nacional sobre cambio climático, que incluye estrategias de adaptación y mitigación desde las plataformas políticas y orgánicas de las regiones; el diseño del proyecto Promoviendo la Gestión del Uso Sostenible del Suelo en el Área de Influencia de Las Bambas.
También se incluye en este trabajo una iniciativa modelo en términos geográficos y temáticos: el Programa Interagencial de Gestión Adaptativa de Recursos Ambientales para minimizar vulnerabilidades al Cambio Climático en las microcuencas altoandinas, desarrollado en colaboración con FAO, OPS, PNUMA y el apoyo del AECID en Cusco y Apurímac, entre otros.
Aparte de ser uno de los 12 países con mayor megadiversidad, el Perú concentra la novena superficie forestal más grande del mundo. Por todo ello, protegerlos hoy con el objeto de que los bosques sigan almacenando carbono significaría una renta potencial importante en el mercado de carbono.
Asimismo, la adopción de políticas energéticas, acordes con las nuevas tendencias globales, significa una oportunidad de desarrollo en la dirección correcta, especialmente en un esquema de crisis económica mundial, derivada entre otros, de patrones de consumo ecológicamente insostenibles en detrimento de las siguientes generaciones. El acuerdo que debiera surgir de Copenhague brindará a naciones como el Perú la posibilidad de acceder a flujos de capital y tecnología para sostener su desarrollo en forma limpia.
Por su riqueza potencial como agente mitigador del cambio climático, el Perú está llamado a aprovechar este contexto para proponer puntos de acuerdo en la agenda de negociación en Copenhague 2009; capitalizando sobre el compromiso de adoptar una matriz energética ecológicamente sostenible y la preservación de los bosques que captan el carbono generado por doscientos años de revolución industrial y por una matriz energética global que no se pueden sostener.
CONCLUSIÓN
El cambio climático puede implicar una seria amenaza para el ser humano y para los ecosistemas. Combatirlo y remediar sus efectos podría representar costos muy altos desde el punto de vista económico, e invaluables desde el punto de vista de salud, pérdida de especies, culturas, territorios, etcétera. La solución debe conformarse con base en un esfuerzo global, pero considerando las capacidades y responsabilidad histórica de cada país. Idealmente, las naciones desarrolladas deberían asumir el liderazgo en la mitigación de emisiones y apoyar a las menos desarrolladas – que son más vulnerables para proteger a sus generaciones futuras y cuidarse de los efectos del cambio climático–, si no obligados por un compromiso legal, movidos, al menos, por consideraciones éticas.

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